domingo, 21 de octubre de 2007

Solamente creí


La ígnea mirada de tus ojos me perturba,
Me asusta y miro al infinito.
Una sensación de desconfianza me invade,
Por la pasión de “amor” imaginada,
Como un niño ante su regalo,
Su corazón salta ante la realidad de lo inesperado,
Cuando abre bruscamente su envoltura,
Por que la “verdad” no es lo anhelado.
Tristeza del que paga por amor
Desilusión de mi engaño,
Creí en la amistad,
Cuando se concertaba un trato.

5 comentarios:

Mercè dijo...

Ay mi querido amigo...y es que la amistad y el amor, no tienen nada que ver con ciertos tratos...

Mil besos..

Vox dijo...

Hechi, no es la amistad y el amor, sino la amistad y el sexo. Pero todo se aprende en la "viña del señor", especialmente los "simplones" como diría Sonri.

Be dijo...

El amor y la amistad son de las pocas cosas en esta vida que no tienen precio, "simplemente" se sienten...
Un beso

Berta dijo...

Que triste Virumque…, si te consuela a veces te sientes peor xqué ni tan siquiera de un negocio se trata.
… el bla, bla, bla… carrusel de expectativas inventadas por ambas partes, solo por sexo.

Me culpo yo de haber robado caricias, prometiendo en vano…, eso sí, cruzaba los dedos, me lo enseñaron las monjas cuando era pequeña…
Cutre, verdad???

petonets...

la sonrisa :)

Vox dijo...

Be, tienes toda la razón del mundo.
Sonri, también te doy la razón en lo que te refieres a que son expectativas inventadas por ambas partes. En cuanto al negocio me refería al negocio jurídico consistente en el intercambio de dinero por sexo.
Por cierto, yo también aprendí lo de los dedos cruzados cuando era un crio en cuando iba a un colegio de frailes, por cierto mira si es cutro que aún lo hago.